miércoles, 25 de noviembre de 2009

¿Cuál es tu META?


La vida es una carrera. Esto lo hemos escuchado un montón de veces. Desde que nacemos hasta que morimos la vida se nos presenta como una carrera. Esta idea es algo que hemos aceptado de forma natural.

Toda carrera tiene metas, incluso metas volantes antes de la Meta Final. ¿Te imaginas una carrera de caballos sin meta?, ¿una carrera de atletismo sin meta?, ¿una carrera de coches sin meta?, ¿la vuelta ciclista sin meta? Inconcebible, ¿verdad? Es algo que no cabe pensar. ¡Ralla el absurdo!

Ninguna de esas carreras es tan importante, ni de lejos, que la gran Carrera de tu Vida. Entonces, ¿por qué muchas personas viven sin metas?, ¿por qué no conciben una simple carrera de motos sin meta y en cambio son capaces de concebir su vida sin metas? Inquietante, ¿verdad?

Lo importante de fijar una meta, no es tanto la meta en sí, es dirigirse hacia ella. Sin metas no hay rumbo, no hay destino. Ahora se comprende el grado de infelicidad de muchas personas. Vivir sin metas lleva a vivir sin motivos, a vivir con sensación de vacío, a vivir en un 'sin-sentido'. Qué triste.

Establece tus metas y disfruta del camino. Vive una vida plena de sentido. ¿Para qué vives sino es para vivir?

sábado, 17 de octubre de 2009

Cómo COMBATIR la auténtica Gripe A


Se confirma algo que muchos intuíamos. Un sentir popular que estaba calando en la sociedad muy a pesar de los ‘poderes’ y de los intereses sin escrúpulos de unos cuantos. Algo que, al menos yo, por ignorancia no éramos capaces de articular con rigor científico ni argumentar y, por lo tanto, difícilmente denunciar.
Hará tres años que llegó a mis manos un libro a modo de cuadernillo cuyo título era ‘Los crímenes de las grandes Compañías farmacéuticas’. Me sorprendió gratamente la valentía con que su autora, Teresa Forcades, exponía sus planteamientos con rigor científico e informativo en aquellas pocas, pero devastadoras líneas.

Hoy he visto un vídeo donde esta misma mujer hace una valiente reflexión bien documentada y argumentada sobre la mal llamada gripe A. Las graves irregularidades que se están cometiendo y las que se pueden llegar a cometer con consecuencias nefastas para la población. Verdaderamente inquietante la exposición que realiza en este vídeo. Apasionante reto el que nos lanza en su propuesta final.

Teresa Forcades, dicho sea de paso, no es una “enteradilla”, ni es una internauta de ‘copia y pega'. Esta señora es Licenciada en Medicina por la Universidad de Barcelona; Especialidad de Medicina Interna por la Universidad de Nueva York; Doctora en Salud Pública por la UB; Licenciada en Teología por la Universidad de Harvard. En la actualidad es monja benedictina en el Monasterio de Sant Benet en Montserrat-Barcelona.

Esta monja contemplativa de clausura, me recuerda a aquellos monjes del Medievo, mitad monjes mitad guerreros, que no dudaban en empuñar sus armas para defender 'su verdad' de lo que, por aquellos tiempos, se consideraban los peligros de la sociedad. Hoy, la Hermana Teresa Forcades, se podría decir que es mitad monja mitad guerrera en pleno siglo XXI. Defiende con sus mejores armas, que no son más que los conocimientos científicos, lo males de hoy en día representados en aquellos que no tienen escrúpulos a la hora de hacer dinero sea a costa de lo que sea.

Desde estas líneas quiero expresarle mi agradecimiento a Teresa Forcades y adherirme, como un soldado raso más, a su digna contienda llevada adelante sin acritud, desde el rigor, el equilibrio y la paz interior de quien sabe el bien que hace.

Gracias Doctora Forcades. Gracias Hermana Teresa.





Agradecimiento especial a Alicia Ninou y Judith Abadías por su excepcional labor.

lunes, 3 de agosto de 2009

¿Cuánto crece un árbol?


Un amigo me hizo una pregunta: “¿Hasta cuánto crees que somos capaces de crecer?, ¿cuánto puede crecer un ser humano?”


Me gusta aprender de la naturaleza. No es perfecta, pero es sabia. ¿Te imaginas a un árbol haciéndose la misma pregunta?: “¿Hasta cuánto crece un árbol?” Menos mal, la naturaleza no se hace esas ridículas preguntas: Un árbol crece lo máximo para lo que está programado. Vaya, es que ni se lo plantea.

Ya, ya.,, ahora los listillos me dicen: “Ya, ¿y si lo talan? ¿y si lo queman?” De acuerdo amigo, ¿y si te callas? :) ¡Qué manera tienes de desviarme del tema! Lo que quiero decir con que un árbol crece lo máximo para lo que ha sido diseñado, es un modo de decir que el árbol no se plantea hasta cuánto crecer; simplemente crece. Y tú, en cambio, mundo maravilloso de posibilidades, criatura genial, especie única sobre el Planeta, tienes la desfachatez de plantearte hasta cuánto crecer.

Buff,,, los listillos atacan de nuevo: “Ya, ¿pero y si te ‘talan’?, ¿y si te ‘queman’ ? No resulta a veces fácil crecer al máximo con los condicionantes externos”. De acuerdo amigo, ¿y si te callas? Tú puedes crecer lo máximo y puedes hacerlo gracias al dolor, a los obstáculos, a los contratiempos. Claro, tú a diferencia del árbol puedes elegir: O lamentarte, o crecer. Allá tú. Lo bueno, a diferencia del árbol, es que si no te gusta donde estás, tú te puedes mover (y no hablo necesariamente a nivel geográfico). Si hay tormenta, el árbol aguanta el chaparrón. Tú en cambio te puedes guarecer de las “tormentas”. Elige entonces: ¿lamentarte o crecer?

Por cierto, ahora que lo pienso, cada día te pareces más a un árbol. Hace mucho que no tomas una sola decisión importante. Vaya! Se te ha puesto cara de bonsái cuando te lo he dicho!! Es que ni por ésas estás dispuesto a crecer, mi pequeño bonsái!!! :) jejeje,,,,

Bromas a parte amigo mío: Tú puedes crecer más de lo que imaginas. Mientras que sientes que creces, no te hagas la pregunta limitante de cuánto más serás capaz de crecer. ¡Crece, crece, crece! Si de una pequeña bellota puede surgir una inmensa encina que luego dará sombra al caminante, cobijo a los pájaros y alimento a los animales, ¿qué no podrá surgir de tu corazón?

domingo, 2 de agosto de 2009

Un sólo segundo



Ni un sólo segundo

puedes robarle a tu muerte,

un sólo segundo,

un pobre segundo.

Tan sólo sabes que hoy existes.

Y este momento que tienes entre tus manos,

si vives este momento,

tu vida puede cambiar de rumbo:

Decides su rumbo.


Un sólo segundo,

un pobre segundo,

es suficiente

para que una vida termine,

para que tu vida comience.

Julio Martinez


Hoy, 2 de agosto, a los dieciseis años de haber tomado la decisión más importante de mi vida: Seguir viviendo. Y desde entonces, tratar de decidir a cada momento cómo vivir la vida que tengo. Dime, ¿quién decide por ti?

lunes, 20 de julio de 2009

Dando el 100x100


Vaya, después de publicar mi última entrada, algunos llegaron a esta conclusión cuando vieron el video: “Hay gente que está aun peor que yo. ¡No me puedo quejar!”. Ale! Y se quedan tan panchos pensando que encima son unos afortunados. Claro, es normal teniendo en cuenta que su elaborado sistema de ‘cambio personal’ está basado en la queja continua de que 'las cosas me van mal' y de que 'la vida no me sonríe'. Menos mal que no todos son así y que hay gente con sangre en las venas. Podría contarte montones de casos de personas corrientes que tomaron acción y no se refugiaron en el lamento.

Permitidme que le eche ahora de comer a los ‘sin-sangre’. Es cierto que hay gente que vive mucho peor que tú, pero ¿te has parado a pensar que hay gente que vive mucho mejor que tú? Me parece que te acabo de dar una mala noticia, ¿no? No sé porqué, pero es como si te estuviera viendo, casi me parece escucharte. Estoy seguro que una idea ha saltado como resorte automático y se acaba de instalar en tu cerebro como anestésico para que mis palabras no te hagan pupa zarandeando tu zona de aparente confort y conformismo: “Claro que hay gente que vive mucho mejor que yo!!, perooooo es que a lo mejor ellos son mas listosss, o ellos tenían dineroooo, o ellos tenían carrerassss y másterssssss, o ellos tuvieron más suerteeeeeee, o ellooooos………”
Bufff… perdona que te corte, pero no tengo tiempo para comprarte una sola de tus excusas. Cierto es que cada uno tiene sus circunstancias, pero si te das cuenta, muchos de los que en tu entorno han triunfado o viven mejor que tú, tenían similares condicionantes. ¿Por qué han triunfado ellos? El tiempo que tú pierdes en elaborar un sistema de excusas para no cambiar, ellos lo invierten en acumular razones para dar un cambio a sus vidas. No hay más, créeme, ésta es la principal diferencia.

La cuestión es con quién te comparas, con quién te mides. Si te mides con los “torpones” de la clase te sentirás el Rey del Mundo y no avanzarás por falta de exigencia. Si te mides con los que te llevan cinco pueblos por delante, seguramente caerás en el desánimo y dejarás de avanzar consciente de que nunca les podrás dar alcance. Entonces, ¿qué hacer?

Aquí viene la respuesta en forma de pregunta. Responde con total honestidad, pues quizás sea tu oportunidad si de verdad quieres crecer y vivir una vida mejor. Ésta es la pregunta: ¿Estás dando el 100x100 de ti a cada paso que das? Asegúrate de que es así. Compite contigo mismo y da lo máximo de ti. Sólo así sabrás que eres el mejor.


¿Cuánto crece un árbol?


lunes, 15 de junio de 2009

¿Crisis?

Un buen amigo me hizo una sugerencia: "Julio, escribe en tu blog sobre la crisis. Puede ser muy interesante tu punto de vista"

¿Crisis? ¿Tú y yo crisis? ¿Hablamos de la crisis o prefieres que nos pidamos un 'pollo a la carta'?
Buen provecho amig@!


"Aunque cierre mis ojos, esas imágenes siempre estarán allí... Y esta historia, volverá de nuevo a ocurrir..." Ferdinand Dimadura

"Though I close my eyes, the images remain... And their story begins again" Ferdinand Dimadura

jueves, 4 de junio de 2009

¿Y tú?



Recientemente tuve un interesante encuentro con mi amigo Omar Villalobos y Jesús Quintero (‘El Loco de la Colina’). Fue un encuentro privado en el ático-loft que Jesús tiene en una calle del centro histórico de Sevilla. Desprovisto de los artificios de cámaras, mantuvimos una rica conversación en tono coloquial y natural propia de amigos que conversan de tú a tú. En un punto de la conversación Quintero dijo: “Con el tiempo te das cuenta que a menudo son más importantes las preguntas que las respuestas”. Me pareció interesante esa reflexión de un hombre que lleva media vida entrevistando a personajes de todo tipo, siempre en busca de la mejor respuesta.

Hace años, cuando estudiaba pedagogía en la Universidad, recuerdo que una profesora nos dijo: “El alumno tiene que saber responder, pero antes el profesor tiene que saber preguntar” De modo que siempre fue un tema que me dio que pensar. Nos obsesionamos por las respuestas a los aconteceres de nuestra existencia. Nos han inculcado desde muy niños a tener respuesta para todo. Nos han evaluado en el Colegio y más tarde en el Instituto y en la Universidad por las respuestas que damos y por las que no damos, y eso ha seguido luego así en la vida. En cambio pocas veces nos han enseñado a formular las preguntas correctas. Y aquí viene la trampa que, casi siempre, nos mete en un hoyo sin salida. Si por no hacer las preguntas correctas caes en un pozo, las siguientes preguntas, en vez de sacarte del pozo, te harán cavar más profundo en él. Estoy seguro que reconoces muchas de esas situaciones. Te pongo un ejemplo fácil que se me ocurre: Si tu pregunta es cómo conseguir un crédito para salir de la crisis, tu vida, casi seguro, que va a ser una vida eternamente endeudada. Si tu pregunta, por lo contrario, es cómo conseguir la libertad e independencia financiera, lo más probable es que, con ayuda y tu esfuerzo, consigas un día la suficiente situación económica como para poder llegar bien al final del mes. Y no me digas que esto no es para ti, porque no es verdad. A lo largo de estos años he conocido gente de todo tipo que lo han conseguido. ¿Qué hicieron ellos que probablemente tú no hayas hecho hasta ahora? Las preguntas correctas.

Fue mi deseo de aprender a formular las preguntas correctas de la vida, lo que me llevó a estudiar también Filosofía. Al terminar la carrera me di cuenta que, hasta los más sabios se hacen preguntas tontas, y algunas, aun sin meterte de lleno en el agujero, te dejan dando vueltas continuamente alrededor de él. Al menos, cuando te caes, tienes la experiencia de caerte y la posibilidad de reaccionar, levantarte y crecer para salir del pozo. Pero no hay nada más poco práctico y absurdo que estar dando vueltas a un mismo tema sin avanzar.

Tuvo que ser allá por el año 1.995 cuando, de forma inesperada, alguien me hizo una pregunta. Me hizo ‘la pregunta’. Y lo más inquietante es que esa pregunta me la hizo sin palabras. Me he pasado años estudiando a los mayores filósofos, acudiendo a los mejores conferenciantes, tratando de encontrar no sólo las preguntas válidas, sino las palabras más acertadas para formular con precisión milimétrica el enunciado de aquellas preguntas que de verdad cambiaran mi vida para mejor. En cambio, aquella mujer no pronunció una sola palabra en su pregunta, y yo me quedé conmocionado, sin palabras para mi respuesta. Desde entonces, esa pregunta ha guiado mis pasos, mis acciones, mis motivos, mi vida… Hoy quiero compartirla contigo consciente de que todo lo que no se da, se pierde.


Una historia real que cuestionó mi vida....
Pulsa PLAY para escuchar el audio


" Ni un minuto y ya formaba yo parte de aquella familia (...)
Dentro de mí la sensación de que aquella visita ya había valido la pena, pero lo que no podía ni tan siquiera imaginar era que lo más importante aun estaba por llegar".

"...vuelvo a sentir... no lo creí... vuelvo a nacer... la sal, la vida... ya me acuerdo... te vi asomar
tus ojos... sin palabras..." Radio Tarifa