lunes, 3 de agosto de 2009

¿Cuánto crece un árbol?


Un amigo me hizo una pregunta: “¿Hasta cuánto crees que somos capaces de crecer?, ¿cuánto puede crecer un ser humano?”


Me gusta aprender de la naturaleza. No es perfecta, pero es sabia. ¿Te imaginas a un árbol haciéndose la misma pregunta?: “¿Hasta cuánto crece un árbol?” Menos mal, la naturaleza no se hace esas ridículas preguntas: Un árbol crece lo máximo para lo que está programado. Vaya, es que ni se lo plantea.

Ya, ya.,, ahora los listillos me dicen: “Ya, ¿y si lo talan? ¿y si lo queman?” De acuerdo amigo, ¿y si te callas? :) ¡Qué manera tienes de desviarme del tema! Lo que quiero decir con que un árbol crece lo máximo para lo que ha sido diseñado, es un modo de decir que el árbol no se plantea hasta cuánto crecer; simplemente crece. Y tú, en cambio, mundo maravilloso de posibilidades, criatura genial, especie única sobre el Planeta, tienes la desfachatez de plantearte hasta cuánto crecer.

Buff,,, los listillos atacan de nuevo: “Ya, ¿pero y si te ‘talan’?, ¿y si te ‘queman’ ? No resulta a veces fácil crecer al máximo con los condicionantes externos”. De acuerdo amigo, ¿y si te callas? Tú puedes crecer lo máximo y puedes hacerlo gracias al dolor, a los obstáculos, a los contratiempos. Claro, tú a diferencia del árbol puedes elegir: O lamentarte, o crecer. Allá tú. Lo bueno, a diferencia del árbol, es que si no te gusta donde estás, tú te puedes mover (y no hablo necesariamente a nivel geográfico). Si hay tormenta, el árbol aguanta el chaparrón. Tú en cambio te puedes guarecer de las “tormentas”. Elige entonces: ¿lamentarte o crecer?

Por cierto, ahora que lo pienso, cada día te pareces más a un árbol. Hace mucho que no tomas una sola decisión importante. Vaya! Se te ha puesto cara de bonsái cuando te lo he dicho!! Es que ni por ésas estás dispuesto a crecer, mi pequeño bonsái!!! :) jejeje,,,,

Bromas a parte amigo mío: Tú puedes crecer más de lo que imaginas. Mientras que sientes que creces, no te hagas la pregunta limitante de cuánto más serás capaz de crecer. ¡Crece, crece, crece! Si de una pequeña bellota puede surgir una inmensa encina que luego dará sombra al caminante, cobijo a los pájaros y alimento a los animales, ¿qué no podrá surgir de tu corazón?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Julio, encantada.
Lo primero, ya que es la primera vez que me dirijo a ti, es felicitarte por este inspirador blog tan necesario en nuestra cultura, o sociedad, o tiempo...
Y despues, preguntarte, si crees que puede haber una posición intermedia entre 'lamentarse' y 'crecer', en la que no eres tu mismo quién decide si puedes crecer un poco más, o si te cortan las ramas que molestan, a tu pesar por supuesto, pero sitiendote obligado a obecer, por que el jardinero, considera que la planta le pertenece, y él pone las guias.
Gràcias por tus sabios artículos.
Aly

Unknown dijo...

hola julio muy bueno el comentario, un saludo alicia