lunes, 15 de junio de 2009

¿Crisis?

Un buen amigo me hizo una sugerencia: "Julio, escribe en tu blog sobre la crisis. Puede ser muy interesante tu punto de vista"

¿Crisis? ¿Tú y yo crisis? ¿Hablamos de la crisis o prefieres que nos pidamos un 'pollo a la carta'?
Buen provecho amig@!


"Aunque cierre mis ojos, esas imágenes siempre estarán allí... Y esta historia, volverá de nuevo a ocurrir..." Ferdinand Dimadura

"Though I close my eyes, the images remain... And their story begins again" Ferdinand Dimadura

jueves, 4 de junio de 2009

¿Y tú?



Recientemente tuve un interesante encuentro con mi amigo Omar Villalobos y Jesús Quintero (‘El Loco de la Colina’). Fue un encuentro privado en el ático-loft que Jesús tiene en una calle del centro histórico de Sevilla. Desprovisto de los artificios de cámaras, mantuvimos una rica conversación en tono coloquial y natural propia de amigos que conversan de tú a tú. En un punto de la conversación Quintero dijo: “Con el tiempo te das cuenta que a menudo son más importantes las preguntas que las respuestas”. Me pareció interesante esa reflexión de un hombre que lleva media vida entrevistando a personajes de todo tipo, siempre en busca de la mejor respuesta.

Hace años, cuando estudiaba pedagogía en la Universidad, recuerdo que una profesora nos dijo: “El alumno tiene que saber responder, pero antes el profesor tiene que saber preguntar” De modo que siempre fue un tema que me dio que pensar. Nos obsesionamos por las respuestas a los aconteceres de nuestra existencia. Nos han inculcado desde muy niños a tener respuesta para todo. Nos han evaluado en el Colegio y más tarde en el Instituto y en la Universidad por las respuestas que damos y por las que no damos, y eso ha seguido luego así en la vida. En cambio pocas veces nos han enseñado a formular las preguntas correctas. Y aquí viene la trampa que, casi siempre, nos mete en un hoyo sin salida. Si por no hacer las preguntas correctas caes en un pozo, las siguientes preguntas, en vez de sacarte del pozo, te harán cavar más profundo en él. Estoy seguro que reconoces muchas de esas situaciones. Te pongo un ejemplo fácil que se me ocurre: Si tu pregunta es cómo conseguir un crédito para salir de la crisis, tu vida, casi seguro, que va a ser una vida eternamente endeudada. Si tu pregunta, por lo contrario, es cómo conseguir la libertad e independencia financiera, lo más probable es que, con ayuda y tu esfuerzo, consigas un día la suficiente situación económica como para poder llegar bien al final del mes. Y no me digas que esto no es para ti, porque no es verdad. A lo largo de estos años he conocido gente de todo tipo que lo han conseguido. ¿Qué hicieron ellos que probablemente tú no hayas hecho hasta ahora? Las preguntas correctas.

Fue mi deseo de aprender a formular las preguntas correctas de la vida, lo que me llevó a estudiar también Filosofía. Al terminar la carrera me di cuenta que, hasta los más sabios se hacen preguntas tontas, y algunas, aun sin meterte de lleno en el agujero, te dejan dando vueltas continuamente alrededor de él. Al menos, cuando te caes, tienes la experiencia de caerte y la posibilidad de reaccionar, levantarte y crecer para salir del pozo. Pero no hay nada más poco práctico y absurdo que estar dando vueltas a un mismo tema sin avanzar.

Tuvo que ser allá por el año 1.995 cuando, de forma inesperada, alguien me hizo una pregunta. Me hizo ‘la pregunta’. Y lo más inquietante es que esa pregunta me la hizo sin palabras. Me he pasado años estudiando a los mayores filósofos, acudiendo a los mejores conferenciantes, tratando de encontrar no sólo las preguntas válidas, sino las palabras más acertadas para formular con precisión milimétrica el enunciado de aquellas preguntas que de verdad cambiaran mi vida para mejor. En cambio, aquella mujer no pronunció una sola palabra en su pregunta, y yo me quedé conmocionado, sin palabras para mi respuesta. Desde entonces, esa pregunta ha guiado mis pasos, mis acciones, mis motivos, mi vida… Hoy quiero compartirla contigo consciente de que todo lo que no se da, se pierde.


Una historia real que cuestionó mi vida....
Pulsa PLAY para escuchar el audio


" Ni un minuto y ya formaba yo parte de aquella familia (...)
Dentro de mí la sensación de que aquella visita ya había valido la pena, pero lo que no podía ni tan siquiera imaginar era que lo más importante aun estaba por llegar".

"...vuelvo a sentir... no lo creí... vuelvo a nacer... la sal, la vida... ya me acuerdo... te vi asomar
tus ojos... sin palabras..." Radio Tarifa